domingo, 5 de enero de 2014

NOSFERATU, EL VAMPIRO: LA LLEGADA DE DRÁCULA AL CINE

La primera adaptación cinematográfica del vampiro por excelencia de la literatura universal llegaría de la mano de Murnau en 1922 con Nosferatu, el vampiro, aunque en forma de plagio. Albin Grau –productor y diseñador artístico, entre otras funciones, de la película- no adquirió en modo alguno los derechos de la novela por su adaptación, de cuyo guión se encargó Henrik Galeen.



Carlos Aguilar, en el artículo que cito mas abajo entre las fuentes consultadas, expone cuales pueden ser las razones por las que los cineastas se decantaron por el plagio: la primera y principal sería la incapacidad económica de su modesta firma recién nacida; por otro lado, probablemente no se consideró la exportación, sin la cual era difícil que los editores de Stoker conociesen la cinta.

Así, cambiando al anciano venerable y erótico por un ser podrido y horrible, o excluyendo en el nuevo guión el personaje del cazador Van Helsing que persigue al vampiro, pensaron que las diferencias con la obra original eran suficientes para no pagar a Florence Stoker. Sin embargo, la inspiración era tan evidente que cuando la viuda del escritor demandó a la productora por plagio dos años después de su estreno, ganó el juicio. La condena conllevaba la prohibición de su exhibición y más tarde, por imperativo judicial, la destrucción de copias.

La película desapareció hasta que la Universal compró los derechos de la novela para hacer una nueva película. Es casualmente a partir de este momento cuando empiezan a aparecer algunas copias de la obra de Murnau, aunque en muy mal estado. Cabe añadir que la productora no solo pagó a la viuda del escritor, también a Jhon Balderston y a Hamilton Deane, los creadores de la versión teatral en la que se inspiraría el film a rodar, para que este no sufriera la misma suerte que Nosferatu.


El historiador cinematográfico Luciano Berriatua, quien trabaja desde hace décadas en la restauración de esta obra, señala en su libro Los proverbios chinos de Friedrich W. Murnau un hecho clave para que este vampiro haya podido llegar a nuestros días:

“Los negativos del film se habían conservado y en 1930 fueron remontados por un tal Waldemar Roger, de la productora Deutsch-Film-Produktion, para transformarlos en un film sonoro titulado Die Zwölfe Stunde, que en realidad era Nosferatu, el vampiro con todos los planos cambiados de sitio y escenas añadidas.  

NOTA: En honor a la veracidad informativa debo señalar que algunos estudiosos e historiadores defienden dos adaptaciones del personaje de Drácula anteriores a esta: una versión rusa de 1920 y otra rumana de 1921. Pero no se han encontrado pruebas fehacientes de que existieran.


LO BELLO EN LO HORRIBLE

El potencial de esta película reside ante todo en su belleza estética: el grotesco personaje; la confrontación entre el expresionismo de algunas escenas y el romanticismo de otras, así como el naturalismo de planos exteriores; y el juego de luces y sombras, conseguido muchas veces a través de rodajes a contraluz.

La estética repugnante y siniestra del conde Orlock poco tiene que ver con el eroticismo y sexualidad que irradian los vampiros en todo momento del cine (Brad Pitt o Tom Cruise en Entrevista con el vampiro son un claro ejemplo), o incluso en la propia novela de Bram Stoker. Tal vez por eso, aunque imagen icónica del cine antiguo, no haya sido emulada en demasía.

La inspiración de Munrau en la pintura realista del s.XIX y la naturalista (de joven estudió historia del arte porque quería ser pintor) son apreciables en gran cantidad de escenas exteriores (bosques, mar, etc). Estas chocan con el expresionismo de los planos angustiosos en los que Nosferatu se acerca a su presa.

Las palabras de Grau: “la sombra es mucho más importante que la luz”, se convierten en definitorias del gran peso que la primera tiene en la película. Cada vez que se siente la presencia del vampiro, las escenas se ruedan a contraluz. Así se nos aparecen como siniestras siluetas su torre o el barco que él domina.
Escenas para el recuerdo son aquella en las que el conde sube por las escaleras proyectando su sombra sobre la pared, o la sombra de una mano que se posa sobre el pecho de su víctima para luego cerrarse de pronto.


De la combinación majestuosa de estos factores nace la película con la que os dejo.



Fuentes:
Aguilar, Carlos. Artículo: Nosferatu, el vampiro. Aparecido en el libro “Cine fantástico y de terror alemán (1913-1927), de varios autores.
Lazo, Norma. El horror en el cine y en la literatura.

Pedrero Santos. Juan A. Terror Cinema.

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